24 octubre 2005

Me casé con una perra

Aquí vos deixo este fabuloso texto de Tobias McWoken... que atopei por ahí perdido. Recoméndovos que o leades, pois merece moito a pena... polo menos para min. Non vos vai defraudar. O tal Tobías, escritor fantasmal e descoñecido, sempre foi un Outsider que viviu ó marxe da lei, como vos fará comprender co seu texto. Tan só ten unha única novela publicada antes de morrer: "Tan verde como James Dean" un alegato antibélico imposible de mercar en ningún sitio. Disfrutade do texto.


ME CASÉ CON UNA PERRA por TOBÍAS McWOKEN

Sinceramente siempre pensé en la estupidez humana como algo pasajero... como algo generacional que tendría su fin cuando una nueva generación de hombres y mujeres más preparados, más pasionales, más vivos al fin y al cabo, habitaran este planeta azul en su mayor parte. ¡Cuán equivocado estaba! ¡Qué enorme era mi equivocación!. El máximo problema radicaba en que la humanidad era estúpida por naturaleza... no había generaciones mejor preparadas que otras... no había personas más inteligentes que otras... no, nada de eso, la única diferencia entre las personas radicaba en sus planteamientos ante los problemas, aparentemente triviales y sin importancia; en como afrontaban esos problemas... en su manera de actuar... esa era la única diferencia entre un caballero cuarentón nativo de Escocia y una joven rubia habitante de Nueva Zelanda, solo eso... el modo de afrontar las cosas.
Por lo demás... todo el mundo era estúpido... todos los malditos seres humanos bípedos eran una pandilla de avariciosos sacos de huesos y perversión. Así era la cosa. Así era todo.
Hubo un tiempo en el que dejé de ser humano... quiero decir... que intenté con todas mis fuerzas dejar de ser una persona como todas las demas y convertirme en una nueva especie habitante del planeta. Fue un fracaso, lo reconozco. Sinceramente nada salió bien desde el primer momento, quiero decir, que intenté cambiar, ser mejor persona, no dejarme cegar por el materialismo, la perversión, el vicio, el placer, el dinero... pero no fui capaz, nada de eso. Cada vez que me encontraba ante una situación en donde alguna de esas cosas estaba presente, salía de lo más hondo de mi ser toda la estupidez que hace diferente al ser humano. Como dije: un verdadero fracaso.
Pero todo cambió una mañana de agosto, en la que mi tía, que vivía en una granja de las afueras, tuvo a bien regalarme un cachorro de pastor alemán, aunque para ser más exacto, debería decir que era una cachorra. Esa perra entró en mi vida como un soplo de aire freco en mitad del desierto... así, en un dificil momento en el que yo me planteaba si seguir siendo un humano o por el contrario acabar de una vez por todas.
Comencé sin quererlo a observar timidamente todas las reacciones de la pequeña cachorra... todas las cosas que hacía; como se movía, su forma de mirar, sus palabras, sus gestos... todo lo que era, y fue ahí cuando lo descubrí... fue ahí cuando me dí cuenta de algo realmente sorprendente: Los perros no eran estúpidos por naturaleza.
Me compré un pequeño bloc de notas y anoté a lo largo de meses, las reacciones antes problemas diarios de mi cachorra y los comparé con las reacciones de mis vecinos y de los estúpidos humanos desconocidos e impersonales. Como dije antes, fue todo un descubrimiento... mi pequeña perra era infinitamente más inteligente que un grupo de veinte físicos juntos... era algo excepcional.
Semanas despues, cambié mi estúpido nombre de humano por "snoopy", y mi boina plisada de paño, por un bonito collar color beig... así de sencillo.
Comencé casi inconscientemente a caminar a cuatro patas, y para ser sincero, la vida se veía mucho mejor desde el suelo... era otro universo totalmente distinto... aprendes a valorar las prioridades de otra manera.
Así fue más o menos como me convertí en un gran ejemplar, poco peludo, de cannis humanus.
Una mañana de septiembre, calurosa y hermosa, mientras el planeta luchaba en estúpidas guerras, mientras las mujeres hacían dietas, se afeitaban, tenían orgasmos, y se duchaban... mientras los hombres de este mundo cargaban las armas, veían deportes, y conducían... mientras el mundo seguía girando como en él era natural.... yo, feliz como un perro más, me casaba con una perra en un bonito jardín lleno de margaritas y rosas, ante la mirada no menos feliz, de otros perros y perras venidos de todos los barrios de la ciudad.
Una bonita boda... de verdad; y un bonito día ese que me casé con una perra y descubrí como ser mejor persona.
Así de sencillo.
TOBÍAS McWOKEN
13 agosto 1939

4 comentarios:

Scanix O Celta dijo...

que razon tiene el señor McWoken. La forma de ser mejor persona es dejando de ser humano.

Besitos

TXARI dijo...

incluso os cans cando se organizan son un fracaso, a saber como remataría a voda, sejuro que había aljún cadelo envidioso que no momento da última palabra ou calar de por sempre, dijo a tontería esa de guau, guau !!

mariademallou dijo...

que rasón ten este home...que rasón! concordo co avogado, algún se en ves de naser cabrón nasera can, saía ganhando...
(nótese que tiven un mal día. os meus respetos a todos,a cousa non vai con vós)

Mr Tichborne dijo...

Susiño! Levas tempo sen saber de min, pero eu non me perdo o teu blojj. E ando preparando un, e incluínlle unha ligazón para o teu. Tereite informado.
Fran Castiñeira